AMOR EN LOS TIEMPOS DEL COVID-19

(Tiempo estimado: 5 - 10 minutos)
Pareciera que se ha vuelto imposible evitar recibir información sobre el COVID-19. Los noticieros aparentemente se han olvidado de que están sucediendo otras cosas importantes en el mundo. En plataformas como Facebook todo comentario parece llevar firma de un experto en el tema. Con respecto a WhatsApp, he llegado a preguntarme si es que está pagando dinero a la primera persona en reenviar una noticia. Ganar el premio porque “Yo fui el que te lo dije primero” es una oportunidad que nadie está dispuesto a perder y, por eso, muchos difunden cuanta información, falsa o verdadera, pase por sus manos. 
 
Ahora, no estoy diciendo que esto, en su totalidad, ha sido malo. Hay mucha información, veraz e importante, que debe ser divulgada y es crucial estar informado para actuar de manera provechosa. Más me preocupa la manera en que muchos cristianos caminan por dunas de arena informativa que los lleva por desiertos llenos de ansiedad, miedo, egoísmo, incertidumbre y desesperanza que parecieran no tener sentido ni final. Se van secando con el abrasante calor que produce todo esto. Sus comentarios muestran lo que ha ido ganando terreno en su corazón y lo apartados que están del Señor. 
 
Pero la iglesia no debería de caminar así. Hay un lugar para nosotros y no es el desierto. Nuestro lugar es junto al agua. Un lugar de confianza plena en el Señor (Jer 17:7).  Es allí donde nuestras raíces se nutren de las corrientes y agua viva corre por nosotros. No nos marchitamos ante el calor. No nos dejemos gobernar por la angustia. No caigamos en desesperanza, miedo, ni egoísmo. Más bien, que crezcan nuestras hojas verdes y nuestros frutos constantes agradables a Dios (Jer 17:8). Nos alimentamos de su Palabra y esto es lo que sale de nuestra boca, guía nuestro caminar y dicta lo que reina en nuestro corazón. 
 
Estamos claros: el verdadero cristiano da frutos (Sal 1:3).  Ahora, para efectos de este escrito, déjenme enfocarme en el amor.  El amor es la muestra más importante del fruto espiritual que resulta de la relación íntima con nuestro Padre celestial (1Co13). Se dice que uno puede saber qué es lo que una persona verdaderamente ama por la manera en que se entrega apasionadamente a ella. Este amor se ve reflejado en la manera en que esta persona actúa y en las motivaciones detrás de su actuar. El cristiano está llamado y equipado para amar bajo estándares divinos (Mr 12:29-31, 1 Jn 4:7-11).  
 
Así que, sin ser exhaustivo y enfocándome en el contexto de este artículo, dejame recordarte algunas maneras en las que un cristiano fortalecido en el Señor, a diferencia de un cristiano “fortalecido” en cuanta noticia le ofrece el mundo, muestra en su forma de amar, su entrega apasionada a su Salvador y Señor. Y, aunque no es mi intención primordial, si no encontrás estas cualidades en tu caminar cristiano, quisiera recordarte que el Señor está listo para derramar su gracia en quienes lo buscan y animarte a que te acerqués a su trono, como lo hacemos todos, para ser transformados por su poder a la imagen de Cristo Jesús (He 4:16; Ef 4:13). 
 
Amar a Dios y Aprender a Amar como Dios Ama 
Empecemos por lo más importante. Información viene e información va y así ha sido toda nuestra vida. Es imposible que el ser humano no tenga una definición autoconstruida de lo que es el amor por lo que el mundo a su alrededor le ha enseñado (por esta razón, es probablemente que el amor sea considerado de maneras muy diferentes según el lugar del planeta en el que estés parado). Precisamente por eso, con respecto el amor, como en todo lo demás, el cristiano está llamado a renovar su manera de pensar (Ro12:2) y buscar en el Señor por medio de su guía perfecta la definición y el ejemplo sobre lo que verdaderamente está llamado a practicar. Fue Dios quien amó primero (1Jn 4:19). Toda la tierra está plagada de su amor (Ef. 2:4-7; Sal 119:64). ¿En quién más podríamos buscar mejor ejemplo?  Nadie tiene mayor amor que el suyo (Jn 15:13). Es un amor lleno de misericordia, compasión y clemencia (Ro 5:8, Sal 86:15). Es un amor sin miedo (1Jn 4:18). Un amor que tranquiliza (Sof 3:17). Es un amor que se entrega (Ef 5:2; 25). Es inagotable (Sal 107:8-9). Es un amor que adopta (1 Jn3:1). Es un amor lleno de perdón y sacrificio (Jn 3:16). Es un amor que no se apaga ante la adversidad (Cnt 8:6-7). El amor de Dios es esto y mucho más (1Co 13:4-7). Sin duda no hay mejor ejemplo para seguir. Debemos aprender a amar como Él ama. (1Pe 1:16). 
 
Por supuesto, la consecuencia de aprender
a amar como Dios ama, es amar lo que Dios ama.
 
Amor al Prójimo
He estado viendo las diferentes reacciones de las masas respecto al COVID-19 y, lastimosamente, no puedo decir que muchos cristianos no hayan sido arrastrados por ellas también. Para algunos, el aislamiento recomendado por las autoridades se ha transformado en una desvinculación del cuerpo de Cristo. Están en sus casas, se han preocupado por abastecerse con todo lo que su bolsillo ha podido comprar en los supermercados y farmacias, han cerrado las puertas y ventanas, y se han sentado a plantear fórmulas para evitar cualquier efecto que tenga el mundo exterior en su estilo de vida. Pero qué pasó con tener la actitud de Cristo (Fil 2:5-8). ¿Qué pasó con despojarse, sacrificarse, humillarse y dar la vida por los demás? ¿No estamos llamados a compartir nuestras posesiones materiales con nuestros hermanos necesitados? ¿Estaremos amando solo de palabra y no con acciones (1Jn 3:16-18)? 
 
Este es el tiempo de amarnos profundamente con todo el corazón (1Pe 1:22). Es el tiempo de, siguiendo las indicaciones pertinentes, acercanos a nuestros vecinos y amarlos de verdad. No es hora de cerrar puertas y ventanas. Es hora de compartir de lo que el Señor nos ha puesto a administrar. Es hora de atender al enfermo como se pueda. Es hora de servir al pueblo en el que vivís de manera sacrificial. Es hora de erradicar el egoísmo y pensar en cómo bendecir a los demás. No veás a tu prójimo como un posible portador de un virus. Mirá a quienes te rodean como almas valiosas para los ojos de Dios y disponete a dar tu vida por ellos. 
 
Amor a tus Disciplinas Espirituales (estudio de la palabra, oración, adoración, ayuno, servicio y otros)
Parte del gozo del Señor está en que sus hijos se gocen en Él. Y para que tu comunión con Él sea la adecuada, Él ha creado un conjunto de disciplinas espirituales para nosotros que inundan nuestra mente y nos acercan a su santa voluntad (cosa contraria a lo que causa sumergirse en las noticias del mundo). He tratado de ser claro en lo fundamental de tener una relación fuerte con el Señor, pero yendo todavía más allá, es por medio de las disciplinas espirituales aplicadas a tu vida que llegarás a ser ese instrumento divino en medio de tiempos de guerras. El mundo necesita cristianos fortalecidos hoy. El mundo necesita la luz de Cristo. La iglesia es la sal que el mundo requiere y no puede perder su sabor (Mt 5:13-16). Amá las maneras en que el Señor te invita a permanecer en Él y gozate en ser su instrumento aquí en la tierra.  
 
Amor a tu Iglesia Local
Para este punto, lo normal sería que tu iglesia local no se esté reuniendo como acostumbra semanalmente. Probablemente, en el mejor de los casos, por medio de la tecnología, se han podido resolver de manera no presencial las reuniones dominicales, los estudios y discipulados. Pero no en todos los casos ha sucedido así, no parece ser la norma el que estas opciones tecnológicas sean abrazadas por los miembros de la iglesia. Se ha propagado por ahí un sentimiento de que estamos en vacaciones sobre el tema de “congregarnos”. Mas yo te quiero invitar a que amés a la novia de Cristo de la manera en que Él la ama. En ese sentido, te lo propongo varios puntos:
 
· Orá para entender y amar la bendición única que hay en la reunión física de la iglesia. Es ahí donde juntos nos mantenemos firmes en la esperanza que profesamos, nos estimulamos al amor y a las buenas obras y nos animamos unos a otros con miras a lo que tenemos por delante (He10:25). 
· Orá para que amés servir por medio de tu iglesia local. Sos parte de un cuerpo y ese cuerpo tiene miembros que dependen de vos (1 Co12:12-27). El cristiano debe comprender lo crucial que es, no aislarse, sino disponerse en amor a servir a sus hermanos y hermanas a como haya lugar. ¿Estás en tu casa y tenés uno que otro rato libre con el que antes no contabas? Levantá el teléfono, escribí una carta, texteá palabras de aliento, llamá para orar con tus amigos. Buscá crear espacios con las herramientas que tenés en medio de las imposibilidades, de modo que podás edificar y servir al cuerpo de Cristo. Sé un buen administrador del tiempo que te ha dado el Señor para su gloria (Ef 5:16). 
· Orá para que amés ofrendar y diezmar en tu iglesia local. Sé buen administrador de lo que el Señor ha puesto en tus manos. Tu iglesia sigue sirviendo. Los pastores y diáconos siguen trabajando y puede que en algunos casos dependan de vos para sus salarios (1Ti 5:18). Se sigue ayudando a las personas necesitadas dentro y fuera de la iglesia. Se siguen apoyando misioneros y misiones a nivel mundial. Tu iglesia necesita seguir pagando el local, el internet y los demás insumos que sirven para que vos crezcás. Comprometete genuinamente con esa familia que te ha dado el Señor y que el buen uso de tus bienes lo demuestre. 
 
Queridos hermanos y hermanas. Busquemos con temor de Dios la sabiduría para actuar en estos tiempos de crisis (Prov 1:7). Un artículo que leí recientemente me recordó que el tiempo que dedico consumido en preocupaciones vanas podría ser el mismo tiempo que dedico consumido en la oración. Pero el destino de esos dos caminos no es el mismo. Uno te va a llevar a la desesperación y el otro te lleva a la paz de Dios. Mi oración es que, como representantes de Cristo, escojamos bien el camino por caminar. Amemos a nuestro Señor y Salvador y amemos al prójimo. Que por medio de esto seamos verdaderamente la imagen de Dios en la tierra. Y que, contrario a sucumbir ante la adversidad que trae un virus con implicaciones físicas y temporales, levantemos el nombre de Jesús que ofrece sanidad espiritual que cambia las implicaciones eternas.

 

 
 
Pin It

Todos los Derechos Reservados © 2021 STT INTERNACIONAL

by design • Viña Escazú