TELETRABAJO LA NUEVA TENTACIÓN

(Tiempo estimado: 4 - 7 minutos)

La opción de trabajar desde casa ha venido en aumento conforme pasan los años, pero la explosión que ha ocurrido en este 2020 no tiene comparación. Muchas empresas habían decido enviar a sus colaboradores a sus casas por lo menos desde hace 10 años, pero en la actualidad han sido forzadas a hacerlo.

El Covid nos ha detenido a todos, nos ha llevado a generar nuevas costumbres y patrones de trabajo, sin embargo, no ha sido fácil. Al principio, muchos pensamos, ¿qué peligro existe en quedarse trabajando desde la casa? Realmente, no hay peligro,  no hay que trasladarse de lugar y ¿quién se va a sentir incómodo por trabajar en su propia casa? Pero después de meses de confinamiento, nos hemos dado cuenta que el teletrabajo se presta para ser una gran tentación. ¿Tentación, por qué? Porque nos deja entre la espada y la pared. Si estamos en la casa, tenemos la opción de no trabajar y perder el tiempo. También puede ocurrir que vivir en el lugar donde se trabaja, nos genere la sensación de que en todo momento se puede trabajar. Por eso, en este artículo quisiera explorar brevemente cada lado de la moneda. 

No rendir suficiente

No necesitamos una encuesta o muchas cifras que nos prueben que el ser humano trabaja mejor bajo presión. Estamos claros que algunos pueden trabajar por adelantado y otros rayando la fecha de entrega, pero todo ser humano cuando es observado o comparte espacio con otros aumenta su rendimiento. Si estamos en la casa sin compañeros de trabajo, sin jefe y sin un ambiente de oficina es muy probable que si no nos mentalizamos vamos ser menos productivos. En la casa hay televisión, podríamos ver Netflix, tenemos las opciones de hacer ejercicio y por qué no,  comer. Todo esto son tentaciones. 

Yo escribo este artículo desde una óptica cristiana, soy un seguidor de Jesucristo, mi objetivo es agradar a Dios y si vos compartís esta posición conmigo, tu fe debería llevarte, como a mí, a trabajar como si estuvieras en tu oficina en el mejor día de producción. 

Es sumamente importante preguntarse si
soy prisionero del teletrabajo.

Esa es la ética del cristiano, vivir para Dios, hacer las cosas para Él y para su gloria. Colosenses 3:17 dice: “Todo lo que hagan, de palabra o de obra, háganlo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios el Padre por medio de Él.” Hay dos cosas muy importantes que debemos aprender de este pasaje. La primera es permitir que Dios reine no solo en nuestras obras, sino en nuestra mente. Pablo nos habla de estar pensando en Dios mientras razonamos y mientras hacemos. Suena extraño, pero la idea es que Dios gobierne tanto nuestro interior como nuestro exterior. Si esto sucede, trabajaremos con ética, aprovecharemos el tiempo al máximo y nuestra intención será agradar a Dios antes que agradar a nuestra empresa. El segundo principio que Pablo nos da es el de agradecer. ¿Alguna vez te has sentado a trabajar y antes de empezar has dado gracias a Dios por tu trabajo? Esta práctica nos ayuda a estar conscientes de la bendición que es tener un medio de producir ganancias y nos abre el entendimiento a la realidad de que Dios está ahí presente con nosotros. El cristiano que le da igual la presencia de Dios ante una tentación no solo debe ponerse a trabajar diferente, sino que debe cuestionarse su temor a Dios. “Ustedes son la sal de la tierra, ustedes son la luz del mundo.” 

Si trabajar desde la casa no te sirve porque sos una persona muy dispersa y todo capta tu atención, entonces, el consejo obvio es tomar medidas sobre el asunto, pues sos débil en ese aspecto y necesitás balancearlo. Es la misma situación de aquellos de nosotros que, por debilidad,   gastamos el tiempo de nuestros trabajos en otras actividades. Por lo tanto, debemos de prevenir la tentación. Seamos claros, este tema trasciende nuestros trabajos, es un tema de fe, ¿hago o no lo que Dios espera de mí? El Sermón del Monte lo deja muy claro: “Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo.” Mateo 5:16

Trabajar demasiado

Muchas personas crecieron en un hogar exigente o puede ser que sean personas muy ambiciosas en el buen sentido y quieran alcanzar cosas importantes con sus trabajos. Existen otro tipo de personas que igualmente quieren dar lo mejor para llegar muy lejos, pero sus motivos son un poco equivocados. Algunos quieren probarle algo algún familiar, otros creen que siendo el trabajador estrella conseguirá llenar un vacío que solo Dios podría abarcar. Puedo pensar en un tercer tipo de “víctimas” y estas son las personas que quieren dar lo mejor de sí,  sin embargo,  su prioridad es trabajar horas extras. 

Esa es la ética del cristiano,
vivir para Dios, hacer las cosas para Él
y para su gloria.

Con el teletrabajo todo perfil de trabajador y cualquier corazón que sea ambicioso,  está en peligro de caer en las garras de “sobre trabajar”. La razón principal de esto es la falta de límites, como lo hemos escrito antes, la casa y el trabajo se vuelven el mismo lugar y las personas caen en la tentación de estar como un bombero siempre “en línea” preparado para actuar. 

Es sumamente importante preguntarse si soy prisionero del teletrabajo. Los que caen en trabajar demasiado son los que no saben cuándo empiezan y cuándo terminan. Estas personas trabajan por toda la casa y no tienen un lugar asignado como oficina. A veces parece muy conveniente hacer ejercicio durante un recreo del trabajo o hacer un mandado, pero esas acciones pueden ser engañosas porque después se termina queriendo reponer más tiempo de la cuenta. Como lo podemos comprobar, una gran tentación del teletrabajo es no ponerle límites, no contar con un horario para una persona exigente, ambiciosa o que encuentra su identidad en lo que hace. Eso es tan peligroso como darle un arma a un niño. 

Si sos un hijo de Dios no me cabe duda de que deberías tener compromisos con tu comunidad y con otros. La vida de un seguidor de Jesucristo no debe estar basada en su trabajo, de hecho el trabajo debería cumplir una misión y es la de proveer para contribuir al progreso del Reino de los Cielos. Hay personas muy cansadas en estos días y mi objetivo es llevarlas a descansar. Llevarlas a Cristo quien es nuestro descanso, nuestra paz y quien tiene un yugo ligero. Si estamos teletrabajando, es muy importante conocernos y si tendemos a ser como Marta y no como María, las luces deberían prenderse. Recordemos Lucas 10 cuando Marta está trabajando muy duro para Jesús y Él le dice que lo que quiere es tenerla a sus pies. Por eso, quiero hacerte la pregunta de Jesús a Marta: ¿Estás inquieto por muchas cosas? Entonces, te propongo: Escoge lo mejor,  que es estar a los pies de Jesús.

Cuidémonos del teletrabajo porque no es tan inofensivo, trabajemos con excelencia para Dios, pero que Dios permanezca en su trono y no el trabajo. 

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